sábado, 27 de agosto de 2011

Imperfecto

Tantas estupideces inconexas se diluyen al agitar crema de leche en un bowl. Con el carácter apropiado de impacientes, un batido a mano merece ahínco y una gota de sudor.

La celebración de incoherencias es, sin lugar a dudas, la manera más inapropiada de indagar. Los narcóticos que no satisfacen en el siglo que me toca, me mueven y remueven entre absurdas ideas de antaño. Una prosa con afecto y sin defectos es el inalcanzable de hoy.

Ni las cuerdas de níquel de Jimi Hendrix, ni los vahos de hierbas aromáticas lo resolverán hoy. Un mar sin agallas, o un mar de Magallanes. En un sur alejado de un occidente olvidado, vuelvo a golpear unas teclas oscuras de desahogo. Y la nada vuelve a golpearme el hombro negro al compás de mi dactilografía acelerada pero danzante. Vuelvo a no saber. Vuelvo a escribir por no saber. Vuelvo a plantear y replantear por olvidarme algún aprendizaje. Vuelvo a volver por mi desinterés por la madurez.